'Deadpool': de la irreverencia del papel a la irreverencia de la pantalla grande
La primera película de superhéroes del año ha iniciado calendario con pie derecho, nueva vida a uno de los personajes más descomedidos en la casa de las ideas
Es motivo de alegría empezar el 2016 viendo cine con buenas adaptaciones de cómic, pero es más gratificante que éstas logren deslumbrar al espectador de manera positiva, teniendo en cuenta que Fox y su porción de Marvel con el universo cinematográfico de los X-Men, en algún momento de la historia tuvo caídas desastrosas.
Aplausos merecidos para el director Tim Miller, quien hace su debut con esta gran película, augurando que vienen más proyectos relacionados con este campo del mundo del entretenimiento, la nueva sangre está inyectando de vigor y entusiasmo a todas estas producciones, que por estos días, siguen siendo motivo de discusión en caso de que llegasen a saturar el mercado.
Deadpool es extraordinaria, como adaptación cinematográfica es fiel y respetuosa a la idea original de Rob Liefield y Fabián Nicieza, junto a otros autores que han aportado a la personalidad de este antihéroe desde hace veinticinco años.
Recordemos que al igual que Wolverine, Wade Wilson fue introducido en el mundo de los X-Men como un villano, pero que de manera progresiva se ganó una condición, donde no sabe si debe ser el bueno o debe ser el malo, al final con sus métodos poco ortodoxos terminará salvando el día.
En la cinta se mantiene el espíritu del personaje, su actitud cómica e irreverente, su origen y habilidades también siguen intactas, pero además permanece ese sentido de ser el bocón más grande de Marvel, que conoce su propia condición de personaje y entiende que es observado por una sala de cine, así rompe la cuarta pared para interactuar con nosotros, tal cual lo ha hecho en el papel, donde inclusive ha llegado a vencer a sus propios ilustradores.
Este Deadpool muta del papel a la pantalla grande burlándose de sí mismo, de la cultura popular con múltiples referencias a la música y el cine, del género de los superhéroes incluyendo los mundos paralelos de Disney y Warner, junto con el propio entorno de los mutantes, donde en múltiples ocasiones se mofa de los productores de Fox, pero también de Hugh Jackman, James McAvoy, Patrick Stewart, Stan Lee y hasta el propio Ryan Reynolds. Desde que aparecen los títulos de presentación hasta la famosa escena post créditos que no se pueden perder, esta producción hace exactamente lo que las viñetas en una revista del personaje, burlarse y parodiar absolutamente todo, sin ningún tipo de restricción.
Existieron diversos temores por el proyecto, teniendo en cuenta que su categoría iba ser Rated R, algo que tal vez resultaría efectista, debido a que algunas películas de superhéroes han tenido ese grado de contenidos sin llegar a los resultados esperados. Como lo anunció el productor Simon Kinberg, esta es una película con una gran y fuerte R, ya que reluce por un contenido mucho más adulto, que por cierto no debe ser tomado a ligera porque sea sobre hombres con poderes y habilidades extraordinarias. Sin embargo, a esa R se suma una comedia versátil y veraz generando un punto medio donde con mucho humor negro se pueden hasta burlar de la vida misma, sin dejar de proponer una lucha protagónica por lo que más se anhela en la existencia.
Fox ha tenido aciertos, pero también fiascos como propietarios de los derechos audiovisuales del mundo X-Men. Habría que considerar que todos los frentes que poseen algo de Marvel, han aprendido con el tiempo de los errores y han retroalimentado resultados para así desarrollar películas renovadoras como ésta. Dejemos atrás cintas como X-Men 3, Wolverine: Origins y hasta Wolverine: Immortal, como dicen por ahí “Del afán solo queda el cansancio”. Desde hace unos años el trabajo ha sido más pulido, logrando resultados positivos como X-Men: First Class, X-Men: Days Of The Future Past, ahora Deadpool y en espera de una contundente X-Men: Apocalypse.
Por el lado de Ryan Reynolds, nos encontramos con un actor que también hace las pases decidido completamente a efectuar un “Borrón y cuenta nueva”, ya que con su fórmula humorística logra adherirse y comprender lo que significa un personaje como Deadpool, aniquilando literalmente esa visión que plasmó en la cinta de Wolverine, pero también destruyendo por completo la imagen que se ganó por unos años al interpretar a Hal Jordan y Linterna Verde.
Con esto sus problema de universos heróicos culminaron consagrándose con una interpretación más que leal de Wade Wilson y Deadpool, algo para destacar ya que sus más recientes actuaciones han sido sobresalientes, para la muestra recomendamos revisar su papel protagónico en The Voices, las más reciente película de Marjane Satrapi, creadora de la novela gráfica Persépolis.
Pero el reparto no se queda atrás, encontramos a Ed Skrein interpretando a un Ajax bastante actual, digno de un villano y mercenario, quien dentro de su mutación puede conectar con más secretos relacionados con el Arma X. La preciosa Gina Caranno, que luego de un buen tiempo por fin se une al mundo de los superhéroes interpretando Angel Dust, un personaje que tiene gran correlación con los Morlocks y ese mundo undeground de los mutantes.
Aunque teniendo un notorio nivel de CGI en el personaje de Colossus, nos topamos a Stefan Kapičić y André Tricoteux interpretando este famoso mutante ruso, que de cierta manera se parece mucho más al ideado por Jim Lee en los años 90. Finalizando con Brianna Hildebrand encarnando a Ellie Philmister o Negasonic Teenage Warhead, que vendría siendo la cuota adaptada más joven en este universo fílmico.
Para finalizar, Deadpool es una gran película, su efecto ha sido tan sorprendente que le ha dado un nuevo aire al cine de superhéroes. Con esto la bandera se pone muy alta para el 2016, prometiendo que Marvel sigue firme desde todos sus frentes en hacer estupendas películas.
Wade Wilson es el superhéroe que hacía falta en la pantalla grande, es todo lo brillantemente opuesto, ya que hace de los errores un chiste, reseteándolos y brindándoles una nueva oportunidad. Porque con un gran poder viene una gran irresponsabilidad, este héroe demuestra que vale la pena estar completamente chiflado para vivir cada día como si fuera el último.