Andrea Echeverry de Aterciopelados en el Concierto Radiónica 2016 (Foto: Lina Botero)

[Conteo] Los 25 conciertos del 2016

Finalizando el año también hacemos un balance de lo que la música no dejó, siempre pensando en qué hacer para que esta escena que cada vez es más grande siga creciendo...

Miércoles, 14 Diciembre, 2016 - 07:36

Por: Mariel Bejarano Vásquez

La vida, sin dudarlo ni un solo momento, puede escribirse y describirse en capítulos sonoros, los conciertos son postales para todos aquellos que aman la música y algunos serán, a pesar del tiempo transcurrido, inolvidables. El 2016 nos deja sin duda una escena musical en crecimiento y una industria que trabaja desde el sector privado y el público por construir lo que tenemos hoy, por imaginar el futuro, proyectarlo y realizarlo.

Hablando con Álvaro González Villamarín, Director de Radiónica, sobre los mejores shows que nos deja el 2016 también se abordan temas como las falencias, las debilidades y las oportunidades, no sólo del sector empresarial y el artístico, también de todos aquellos que deciden ir o no a vivir un concierto, comprar o no una boleta, escuchar o no música nacional.

Lean la siguiente entrevista y disfruten recreando a través de imágenes los 25 conciertos más importantes del año...

¿Cuál es el balance de los conciertos en Colombia durante el 2016?

Definitivamente ha crecido la dinámica de conciertos y cuando hablo de ‘Colombia’ creo que eso ya de por sí es un aspecto positivo porque además de algunas presentaciones puntuales, como Guns And Roses en Medellín, los festivales musicales fuera de Bogotá han crecido y ahora tienen 1, 2 o 3 versiones. Y no sólo hablo de los festivales públicos sino también de los privados, se ha ampliado la oferta entre lo privado y lo público dentro y fuera de Bogotá.

Si bien tuvimos la oportunidad de ver a The Rolling Stones y bandas muy grandes, otro aspecto positivo es que se han logrado consolidar repertorios, filosofía de curaduría y el asistente colombiano está aprendiendo a volver a observar las bandas, la gente está esperando nuevas giras, nuevos discos.

Por otro lado las bandas colombianas consolidadas han logrado crear una propuesta artística contundente, disciplinada, ordenada y propositiva. Este fue un año con muchos eventos, una oferta muy grande para unos bolsillos quizá no con muchos recursos pero hay de verdad una oferta interesante, importante y extensa.

¿Qué le exige esta oferta tan amplia al público colombiano?

El público es el gran punto a trabajar, la formación de públicos es un aspecto que está caminando positivamente porque ya hay un público que paga y que también valora el concierto gratuito. Ya no es un ir por ir sino que existe esa curiosidad por asistir a un concierto ya sea pago o gratuito.

Otro aspecto positivo es que los conciertos no son un campo de batalla, son un punto de encuentro entre diferentes generaciones y ahí es donde veo lo clave, hay que involucrar a los espectáculos musicales a todas las generaciones, que no sean excluyentes y que en particular comiencen a llegar niños a los eventos, algo que no se ha hecho por X o Y razón; que los niño pudieran llegar sería un paso fundamental. Por otro lado hay un punto para analizar y no es culpa de los promotores, es algo que merece un análisis y es la razón de los altos costos de las boletas y el por qué hay tanto impuesto para la cultura.

¿Cómo ves los festivales públicos frente a la oferta privada?

La ventaja de los festivales privados es que tienen más riesgo curatorial y más riesgo a la hora de crear una experiencia lúdica que va más allá de la música. Esta es una etapa para repensar los festivales públicos, sí tienen un riesgo curatorial, pero tienen que ir más allá y convertirse en plataformas de entretenimiento y emprendimiento. Creo que el festival público curiosamente cumple con ciertos tópicos pero le falta arriesgar para ser más contundente, el festival privado arriesga más.

Por otro lado, infortunadamente tampoco tenemos escenarios, entonces las experiencias no son gratas porque tienes que ir fuera de la ciudad y hay trancones y demás, pero confío en que vamos a crecer…

¿Cómo se proyectan los festivales al interior del país?

Creo que van a crecer porque veo la necesidad en un país con un mercado tan tropical, de crear espacios para expresar y disfrutar el gusto y el encuentro alrededor de la música como una forma de entretenimiento, reconocimiento y de memoria. El hecho de que Medellín y Cali ya tengan festivales va a darle la posibilidad a ciudades como Pereira, Armenia, Pasto, Bucaramanga y demás de encontrar y crear festivales que tengan también un circuito de rotación de artistas nacionales e internacionales completamente diferentes a los ya establecidos, entonces pienso que hay que hacer el paso a paso. Aunque Cali y Medellín comienzan a consolidarse la diferencia con Bogotá es bastante grande, eso tiene que darse como un proceso y ojalá que ese paso a paso sea muy sólido.

¿Cuáles son los retos de las bandas nacionales? ¿Cómo pueden aportar a este crecimiento?

El gran reto es entender que un show es una propuesta de entretenimiento pero también es una propuesta artística, no es únicamente un recital de conservatorio o un recital de una prueba musical. Hay muchos artistas colombianos que han entendido que la construcción de un repertorio tiene el objetivo de entretener pero también de proponer cultural y artísticamente una visión de mundo. Creo que ese es el gran reto, una banda ya toque en un escenario pequeño o grande debe tener un concepto sólido y una profesionalización a la hora de expresar sobre un escenario qué es lo que quiere contarle al mundo.

¿Cómo sueñas el futuro de los conciertos en Colombia?

Con festivales no tan caros. Con menores de edad asistiendo a los conciertos. Y de alguna manera u otra con una diversidad de géneros, que podamos tener bandas aún más arriesgadas, bandas fuera del mainstream. Los festivales tiene que lograr un balance entre aquello que está o no en los tops, donde lo colombiano no sea sólo una cuota, cosa que efectivamente está comenzando a ocurrir, sino que sea también parte natural de una muestra artística curatorial.